El discurso que figura a continuación, fue pronunciado por Simon Darlow, vicepresidente de PRS For Music, el lunes 3 de febrero de 2020, en el marco de la Conferencia de Creadores 2020 organizada por la European Composer and Songwriter Alliance (ECSA) en Bruselas.
“Hablamos de buyout cuando un productor, generalmente en el sector audiovisual o de los videojuegos, obtiene los derechos del creador a cambio de un pago único. La cesión de estos derechos es, con demasiada frecuencia, una condición previa al proceso de encargo de la obra.
La adquisición por una cantidad a tanto alzado de los derechos mecánicos se ha convertido en una práctica habitual en Estados Unidos y en el Reino Unido. Aunque todavía hay empresas que están dispuestas a compartir los derechos mecánicos con el compositor, las prácticas de buyout son cada vez más comunes aquí en Europa.
Sin embargo, cada vez se oyen más casos de compositores forzados a ceder los derechos mecánicos de sus obras. Todo ello en un trasfondo de tarifas cada vez más bajas, lo que hace que la situación sea intolerable.
Esta tendencia llegó a su extremo a finales del año pasado, cuando Discovery Networks US anunció que, en el futuro, exigiría la transmisión completa mediante las cláusulas buyout de todos los derechos de comunicación pública y los derechos mecánicos y una renuncia a los derechos de todas las obras previamente encargadas por ellos.
Aunque la indignación de la comunidad de creadores obligó a Discovery a descartar esta propuesta, esto constituye un claro aviso del rumbo que tomarán las cosas si no permanecemos alerta.
A principios de este año, la Ivors Academy realizó una encuesta a sus miembros sobre las prácticas de buyout en el Reino Unido. Los resultados más llamativos de la encuesta son los que muestran la verdadera naturaleza de la relación entre productores y creadores. Por ejemplo, el 41% de los creadores declaró que se les había exigido ceder una mayor parte de derechos mecánicos de la que hubieran querido y el 35% indicó que, durante los últimos cinco años, se habían vistos forzados a aceptar la transmisión completa de todos sus derechos mediante cláusulas buyout o a trabajar bajo el régimen de obras “work for hire”.
Los jóvenes compositores son los que corren mayor riesgo de ser explotados, ya que están deseosos de conseguir trabajo y de desarrollarse profesionalmente. La próxima generación de compositores tiene ante sí un futuro sombrío, en el que ya no serán dueños de sus propios derechos y sus obras ya no les generarán ingresos. No obstante, para matizar esta afirmación, el pago por adelantado de los derechos no siempre es una mala opción para el compositor.
En algunos casos, este tipo de prácticas son las más convenientes para el creador debido al tipo de obra o a los mercados en los que se va a utilizar. Por ejemplo, actualmente estoy trabajando en un proyecto para una cadena de televisión de Oriente Medio, donde apenas se reconocen los derechos de comunicación pública, por lo que obtener una buena tarifa y conservar todos mis derechos en caso de que se produzca una nueva explotación de la obra a escala internacional era la mejor opción para mí.
Para que quede constancia, nunca he aceptado un buyout total de mis derechos y no lo haría, pero, las prácticas de buyout, en general, devalúan considerablemente el valor del compositor. La clave es que debe ser el creador el que decida, y no los productores los que impongan las condiciones. Este es el verdadero propósito del derecho de autor, permitir al titular de derechos la libertad de controlar el uso de su obra, su propiedad.
Existen numerosas soluciones, aunque nada es sencillo. Debemos garantizar la protección del derecho de autor en todo el mundo defendiendo a los creadores y sus derechos. Además, la comunidad de creadores debe mantenerse unida en esta cuestión y debemos expresar con una sola voz que no trabajaremos en estas condiciones.
Tengo el privilegio de ejercer una carrera profesional como compositor y autor de canciones. He compartido éxitos con artistas como los Buggles, Dollar, Grace Jones, Toyah, Cliff Richard, Shirley Bassey, y muchos otros. He compuesto música para numerosos programas de televisión, principalmente de BBC News, Premier League, Top Gear y Shanghai TV News, etc.
Me han ofrecido contratos buyout y siempre los he rechazado, porque no quiero trabajar en esas condiciones. Pero soy uno de los pocos afortunados.
Los derechos de autor han sido fundamentales para ganarme la vida desde hace 39 años y no estaría aquí hablando de esto de no ser por ellos. Los “derechos residuales” por el uso de todas las canciones y piezas musicales que he escrito a lo largo de los años constituyen una parte esencial de mis ingresos y me han permitido desarrollar mi carrera profesional. Aquellos que han sido afortunados, como yo, deben ser rotundos y no renunciar a sus derechos.
Debemos animar a la próxima generación de compositores a mantenerse firmes también. La ECSA es, sin duda, una plataforma ideal para ello. Por tanto, hagamos oír nuestra voz y sintámonos orgullosos de nuestro trabajo y de nuestro derecho a recibir una remuneración justa.”
Pueden leer el discurso completo en el sitio web de PRS For Music aquí
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